Diversidad de Flying Solo en el Hotel Vanderbilt Durante NYFW 2024

Redacción por: Pamela Garcia
Escritora contribuidora de moda
Edición por: Luisa Alvarez
Nueva York, Septiembre 2024.

Ayer, tuve la increíble oportunidad de asistir al desfile de Flying Solo en el histórico Vanderbilt Hotel durante la Semana de la Moda de Nueva York. Como espectadora, lo primero que me cautivó fue la diversidad, no solo en los diseñadores, sino también en los conceptos presentados. Cada colección resaltó por su singularidad, desde el uso de colores vibrantes hasta texturas que parecían jugar con la luz externa. Flying Solo, como colectivo, continúa posicionándose como un referente para diseñadores emergentes, brindando un espacio inclusivo donde cada artista puede brillar a su manera.

La esencia del show radicó en la variedad de propuestas que se desplegaron a lo largo de 12 presentaciones. Cada diseñador mostró una visión fresca y arriesgada, lo que me hizo sentir parte de un espectáculo donde la creatividad no conoce límites. Las piezas de alta costura convivían con creaciones más lúdicas, y fue impresionante ver cómo las telas se movían de manera casi coreográfica con cada paso en la pasarela. Uno de los momentos más destacados del evento fue la presentación de prendas infantiles, un aspecto que rara vez se explora en el ámbito de la alta moda. Ver diseños pensados para niños fue refrescante, mostrando cómo incluso los más pequeños pueden tener un espacio en el mundo del estilo.

En términos de texturas, la mezcla fue espectacular. Diseños que jugaban con la fluidez de la seda se enfrentaron a prendas estructuradas hechas con materiales más rígidos, como el cuero, creando un contraste que estimulaba los sentidos. Cada look tenía una historia, y esa narrativa se sentía no solo en las piezas, sino también en los detalles: joyería artesanal, accesorios únicos y hasta calzado cuidadosamente elaborado, que completaba la visión artística de cada diseñador.

Flying Solo, como colectivo, destaca por su enfoque en la moda emergente y su capacidad para reunir a diseñadores de todo el mundo en un mismo espacio. Es inspirador ver cómo este grupo da visibilidad a talentos que, tal vez de otra forma, no tendrían la plataforma para mostrar su trabajo a un público tan diverso y global. Este colectivo no solo apoya la creatividad, sino que fomenta la colaboración, el intercambio de ideas y el crecimiento conjunto. Durante esta edición, la oportunidad de ver 12 presentaciones consecutivas fue un verdadero regalo. Cada transición de un diseñador a otro fue como pasar de un universo creativo a otro, sin perder el hilo conductor de la innovación. Lo que más me impresionó fue la capacidad de los diseñadores para no repetirse, sino aportar algo completamente nuevo a cada colección presentada.

En resumen, asistir a este desfile fue una experiencia que quedará grabada en mi memoria. Desde la variedad en los diseños hasta la audaz representación de diferentes perspectivas creativas, Flying Solo sigue demostrando por qué es uno de los colectivos más influyentes en la moda emergente. Además, presenciar la inclusión de propuestas para niños y el uso de texturas tan diversas me hizo apreciar aún más la versatilidad y el talento que existe dentro de este grupo. Este desfile no fue solo una presentación de moda, sino una celebración del arte en su máxima expresión.

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